Descubrís a alguien, un escritor, nuevo para vos. Y como
siempre que un escritor te seduce vas a su encuentro donde sea para saber. Para
saberlo todo. Juventud, inicios, párrafos, textos.
Imágenes. Siempre
después; cuando ya te haces una idea, resulta que ha
fallecido.
Lleva años de aquello.
Ese conocimiento te angustia. Como si la persona hubiese vivido
su vida en unos minutos. Delante de tus ojos; y también delante de tus ojos de pronto decide morir creándote un nuevo estado de orfandad.
Te mortifica el día entero.
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